La solución propuesta es el desarrollo de un material biocompatible, biodegradable y biológicamente activo, con una forma muy específica y con una superficie microporosa. Gracias a sus propiedades osteoconductoras este biomaterial de injerto, además rellenar defectos óseos, permitirá el desarrollo celular en el interior y entre las partículas.
Esta propuesta también está orientada a solucionar los grandes defectos óseos, donde el relleno no es una alternativa segura ya que la neovascularización de las paredes del defecto óseo no alcanza fácilmente el centro de la cavidad, dejando las partículas sin integrar, que luego se encapsulan con la reacción de cuerpo extraño.
Dada su particular forma geodésica, las partículas de este biomaterial muestran imbricación y trabazón entre ellas, formando unidades que pueden sobresalir uno o dos milímetros en altura, ofreciendo la posibilidad de aumentar el volumen óseo en altura de la zona injertada.
No menos importante, estos resultados más predecibles se están pudiendo obtener con costos más competitivo que las soluciones actuales.